Ha llegado un deseo bastante propio,
es un deseo que dicta la piel ...
cada espacio de mi ser,
que va bajando la guardia,
que algún día mantuvo cautivo
el rincón,
donde solo tu
has llenado a plenitud.
Ha llegado un deseo, que lleva tu nombre,
que posiblemente dejaste grabado
en cada beso, que me diste,
en cada caricia con ruta propia
que diseñaste, como para robarme el aliento.
Ha llegado más constante este deseo,
donde sí te pienso me rindo y me doy por vencida,
entre el sabor de tus besos, y la pasión sin medida.
ha llegado a mi este deseo
que me atrapes en tu sueño,
que me desvistas el alma,
de nuevo en ese silencio
donde tus labios y los míos se empiezan a perder,
para llegar al mismo sitio donde
me encuentras y te encuentro..
atrápame en tu sueño, mientras el tiempo
nos empuja a encontrarnos...
mientras dentro de mi crece el deseo intenso,
que me vuelve perversa, que me hace traviesa,
atrápame en tu sueño,
porque aquí están las alas de la fantasía,
de una pasión propia, tatuada en tu piel y en la mía.
atrápame en tu sueño, en el más húmedo de ellos
siénteme un día más.
Se da el caso de que usted tuvo vacaciones y regresa, puede entonces comprobar cuan cierta es aquella frase, según la cual, "partir es morir un poco".
Horacio era mi némesis. Sólo él podía despertar mi odio más visceral, mis impulsos más violentos, mis pensamientos más asesinos. Cuando lo veía mi cuerpo se preparaba para un combate de vida o muerte: mi pulso cardíaco se aceleraba, mi sangre fluía hacia los músculos más grandes para luchar o huir y mis células comenzaban a consumir energía de reserva.