El amanecer del tercer día de la creación,
debió ser algo muy parecido a éste …
Abro mi ventana al dolor
de saber que ya no eres mía
y además de llevarte mi vida
también te has llevado el color ..
Todo es gris, gris un automóvil, gris un perro,
gris el arcoíris, gris la flor …
un macizo gris informe, carente de masa
sin trazo ni traza …
sin norte, sin horizonte …
Abro mi ventana al dolor
de saber que ya no eres mía
y además de llevarte mi vida
también te has llevado las formas
toda la ciudad es una planicie
chata superficie
como mi ánimo sin relieves
como mi vida sin quiebres
como mi presupuesto en día veintinueve
como mi aspecto que no conmueve
como mi tierra sobre la que no llueve
como mi sonrisa que no aparece ....
“No mueras por mi …”
– me dijiste cuando te ofrecí dar la vida por ti –
“No mueras por mi …”
– me dijiste al cerrar la puerta –
“No mueras por mi
que no vale la pena
Te sobran razones para vivir
vencer
o sobremorir
… ni siquiera llores por mí”
Y partiste en busca de algo, alguien, alguno
qué se yo
del catálogo de opciones
que yo no supe darte
que yo no pude proveerte …
El amanecer del tercer día de la creación,
debió ser algo muy parecido a éste …

El padre estaba sentado leyendo el periódico matutino, oyó que el microbús escolar dejaba a su hijo en la puerta de la casa, se levantó a recibirlo y los dos se saludaron, tenía un hijo preadolescente entre los 12 y 13 años de edad, es su orgullo, como padre se sentía realizado por tenerlo, el hijo se fue a cambiar de ropa, se puso una más cómoda, bajo a la sala donde estaba el padre y le dijo:

Es más, un problema, que un favor el que te hacen cuando te regalan una caja de bombones … póngase a pensar, alguien va a Guatemala y te trae que una caja de “canillitas”, pudiendo traerte una botella de Ron Venado, que era todo lo que uno estaba esperando, fácil, se destapa, se compran limones y coca cola en la tienda, hielo y uno procede a disfrutar el regalo con el agasajado …

En el año 221 a. C, China se reunificó, después de dividirse previamente en múltiples reinos beligerantes, bajo el comando de Qin Shi Huang, quien fue el primero en adjudicarse el título de Emperador.