No te faltan arroyos para juntar la fuerza de un rio ni ríos para proclamar la serenidad del mar ...
No te faltan sílabas, para formar las palabras precisas y exactos, coincidentes en espacio y tiempo que necesito tanto escuchar ...
No te faltan dedos para formar y moldear tantas caricias que mi cuerpo anhela, necesita, y pide hasta por los codos ... No te falta nada para serlo todo.
No te faltan paraísos para acallar mis infiernos ni tibieza y calor para barrer con mis inviernos; no te faltan argumentos, razones, motivos, teorías bien fundamentadas cuando tratas de hacerme entender, que de tanto pretenden saberlo todo, no se absolutamente nada, no te falta valentía para acompañarme mientras me hundo ...
Porque no te faltan calma y consuelo en mis eternas noches de desvelo, y cuando el miedo toca a mí puerta tu rasgas el velo; no te falta calor humano para abrigarse si siento frío, ni la pasión húmeda de una mujer que sabe y disfruta fundirse en mis brazos; no te falta nada para serlo todo ...
No te cansas de mí, aunque yo de mí mismo esté harto, eres el arreo de bueyes con el que nuestro camino se va forjando, a veces rompiendo piedras, a veces en el lodazal, nunca dejamos de caminar juntos ... A pesar de que todo salga mal.
A pesar de que mis vacíos estén llenos de tu ausencia
Mujer de mi mala suerte
En el preludio de mi mala muerte
yo sigo
persevero
te espero
te paso lista y enumero ...
dibujo en las paredes
tu rostro …
te busco en todas
y no hay modo
porque no te falta nada para serlo todo ...
“El agua no se le niega ni a los presos” – decía un buen amigo, cada vez que alguien le pedía en su casa, un vaso de agua, o cuando nos dedicábamos al buceo, una botellita de agua.
Éramos independientes, libres, tan libres que ni vestirnos necesitábamos, porque nadie había venido a decirnos que nuestras partes pudendas, eran nuestras vergüenzas ….
(Inicio Marzo 2018. Mes de la Mujer en la Historia)
Impactante, doloroso, inhumano ... de terror. Una mujer degollada, tirada en el suelo en medio de un charco de sangre. Se trata de Graciela de 22 años. Todo ocurrió aquí, rápido, en Mejicanos, cerca del parque de Jardines de Zacamil. Todos los vecinos supieron rápidamente quien había sido el asesino.