Tus pies son mi suicidio…
recorrer tu estructura desde ahí.
desde tu hallux me pierdo completa en ti,
tu tobillo tan perfecto
tu pierna, tu muslo …
completan el camino de la perdición,
tocar tu piel es mi alucinación,
mi concierto nuevo de amor,
lleno de suspiros y notas musicales,
cuando exhalas mi nombre
y te pones salvaje…
Rodeando mi cintura
con tus manos tan perfectas de hombre.
Eres elocuente al seducirme,
convincente al desvestirme,
impertinente al poseerme,
Pero ¿quién ha dicho que debes pedir permiso
para hacerme tuya?,
Si te pertenezco es porque así lo deseo,
Me tienes porque te poseo,
dueño de mis noches y desvelos,
calcíname con tus caricias y deseos,
Déjame en el olvido llena de besos…
Al recorrerte completo desde tus pies
mi piel se estremece y mi alma también,
otoño desmedido eres Manuel,
Ernesto, Alberto o Ezequiel …
Tú, hermoso, justicia en mi piel.
Estoy tratando de entender un poco la onda, porque resulta que mis amigos más cercanos, ya panzones y calvos, les ha agarrado la pila de ya no jugar futbol, ya dejar de correr tras la chimbomba … y dedicarse al golf.
Hay películas, series, algún documental que habla sobre este tema, o temas similares, la gran mayoría, son ficción, temas similares fueron hechos novelas y de ahí a cine, que como hemos dicho varias veces, se “especializa” en modificar la Historia para hacerla atractiva a su público … pero hay mucha gente que considera verdad lo que exponen las pantallas y nunca tocan un libro.
“¿Que más pedir? Con tu amor,
mi rancho, un árbol, un perro,
y enfrente el cielo y el cerro
y el cafetalito en flor…” (Alfredo Espino “Un Rancho y un lucero”)