
Y fue, una vez más, sencillamente hermoso, como nunca, como siempre, el máximo escenario del país, nuestro bellísimo Teatro Nacional a reventar en dos conciertos …
… las canciones de siempre coreadas por ángeles, ninguna vos es tan afinada y atinada como la voz de quinientas cincuenta gargantas juntas …
Gerardo y yo, diciendo … “gracias” nos quedamos cortos !

Y yo me moría de pura poesía
una madrugada del siglo XX …
Bienvenidos a mi circo, bienvenidos …
por favor tomen asiento
siempre hay muchos vacíos
Están a punto de presenciar
el acto principal
el éxito de mi fracaso y mi soledad …
Bienvenidos a mi circo, bienvenidos …
se siente bien verles aquí
casi nunca viene nadie
y me toca interpretar en completa soledad
mi rutina diaria, mi historia personal …
Acerquenme sus manos
tal vez así logremos sentirnos
Humanos …
Porque en cada verso aquí escrito
cuerpos desnudos, bar y tanta guerra
esquina y mi corazón mutante
sonrisa apretada entre diente y labio
y descubrí que el futuro
le pertenece a mis pies y manos
y no hay intermediarios
entre Dios y mi corazón
Mientras la Patria ...se desangraba y moría
… yo me moría de pura poesía
Una madrugada del siglo XX …
“Mario me llamo, Mario !” contestaba medio enojadón cuando alguien le decía Canuto fuera del teatro, fuera de la TV.

Amalia Cristina no se llamaba Amalia Cristina, se llamaba Amalia Crisanta, pero debió llamarse Amalia Cristiana, estuvo a punto de ser llamada Amalia Crispina … sucede como siempre pasa en aquellas grandes borracheras que antaño agarraban los padres al nacerles un hijo, junto a sus amigotes.
Conversaban la niña y un señor muy anciano en un cuarto del hospital, ahí estaba postrado en una cama un hombre, tenía un tubo que salía de su boca éste le ayudaba a respirar, otros tubos de plástico salían de su brazo derecho el cual le inyectaba un suero intravenoso, un aparato registraba su ritmo cardiaco y otro aparato los demás signos vitales; la niña le dijo al anciano: