Mire Mr. Dow Jones, o mejor dicho … léame, explíqueme, porque según entiendo, usted es un ser humano que rige el bolsillo de todos nosotros … pero resulta que no, que ni siquiera es un ser humano … sino un consorcio de compañías que nos manejan los bolsillos, estamos todos hechos chibola !
Yo me lo imaginaba Mr. Jones como un señor ya viejito, que viví en una calle que se llama Wall Street, que sacaba monedas de un cofre, las ponía en otro, y según moviera sus monedas, tambaleaba o no su índice … por cierto si usted no es humano, su índice es como éste ?:
O cómo? Y por qué es tan importante su índice y no su dedo medio, que es el que se ocupa para gestos obscenos a terceros?
Cuando usted habla de la bolsa, nos habla de la bolsa del mercado de nuestras esposas y madres … a las que cada vez se les va más dinero y la bolsa viene más vacía ?
La caída de las bolsas …se refiere a éstas Mister Dow Jones?:
O sea, cuando la edad nos pega una patada en el “que te dije”, y se nos empiezan a caer las bolsas de los ojos …es lo mismo que la caída de las bolsas en Wall Street que todos los yupis terminan jalándose las mechas ?
No sé …todas estas preguntas se dan porque desde la crisis del 2008, que quedamos con los bolsillos volteados para afuera, sin un centavo y no se ven señales de recuperación, aunque todos las pregonan …. Por eso debo preguntarle …
No tendrá un par de miles por ahí guardados que le sobren para salir de esta jarana perpetua Mr. Dow Jones ?
La culpa la tuvo mi madre, Ai – Nozomi, venerable anciana a quien se le metió en su obstinada cabeza de campesina japonesa, viuda, con seis hijos varones (mis hermanos), que en lugar de sembrar arroz en los pantanos, había que fabricar micro chips en la mesa del comedor.
Yo soy Timoteo Pampa
un gaucho charlatán y malandrín
no me confunda con malandras
de esos que andan por ahí
Hay fiestas, celebraciones, que nos hacen bailar mariposas en la panza en lo que nos acercamos a la fecha, y hay otras que provocan mariposas, pero ya conservadas en formalina, y eso es malo para la panza, por lo que te dan hasta agruras de pensar que hay que ir.