Era un El Salvador, provincial, rústico, tan solo emergiendo de la barbarie a la civilización, bajo la tutela de la Corona Española, parte de una Capitanía General de Guatemala, chapines que nos llevaban un “hambre terrible” y estaban convencidos de que todos los territorios de la Capitanía les correspondían. Falso.
Aún quedan los muros manchados de siempre y los ecos de las consignas gremiales del 1 de mayo.
La Reina Isabel de Inglaterra (la primera, la “Reina Virgen” que le mientan en los libros de historia) tuvo la suerte de rodearse de exploradores que llenaron al alicaído y primitivo trono inglés una fuente de oro que el Cerro de Potosí (que buscaron como locos españoles y portugueses en América) no les otorgó por llegar tarde …
(Con la ayuda fundamental de la bibliografía de los fulanos que hacen los comerciales de Open English).
“Bienvenidos a El Salvador …”
Siempre pensé que nuestra frase de bienvenida en el aeropuerto o fronteras, al llegar a nuestro paisito, debía ser:
“Bienvenidos a El Salvador, la culpa siempre la tiene otro !”
Déjenme compartir mi tristeza: estoy deprimido, estoy acabado. Mientras todos especulan cuál va a ser el destino que le corresponda e El Salvador, ahora que el Profe asuma el 1 de junio … mi preocupación es otra ….
Igual que la política de nuestro país, el fútbol nuestro, tan amado y pasional, tan importante y querido para nuestra población (a diferencia de los asuntos políticos, que nos provocan nauseas) ... está regido por las mismas "transas" de corrupción.
(Historia tomada de la vida real, sucedió en enero 2014, en una ciudad pequeña de algún país centroamericano).
Somos los reyes del últimahorismo
patrones de la improvisación
Jerarcas absolutos de “a lo que salga”