De estas soledades, inconmovibles, nefastas, tristes, desesperanzadas y agotadas, hechas trizas y aun con capacidad de esbozar una risa … en los momentos que sabemos perfectamente que nunca va a estar acompañado el desierto de nuestras vidas …
De estas nefastas soledades, sabe el perro sin dueño, el vigilante sin caseta, el niño sin bicicleta, el poeta sin lapicero, el soldado en la trinchera sin recibir correo, el acusado convertido en reo, el super héroe desempleado, el enamorado rechazado, el bebé abandonado, el navegante sin destino, la solterona sin sobrinos cuando la vida nunca le dio hijos, la azafata sin itinerario, el despedido sin indemnización, el carpintero sin serrucho, el pescador sin pique a la vista, el cerrajero que perdió el pulso …
El Rey sin corona, los subcampeones de todo campeonato, los impotentes sin viagra, el marinero sin puerto, el barco sin mar, el hater sin nadie que le haga caso, el troll sin trabajo, la computadora sin baterías ni fuente, el oso de peluche sin niña que lo consienta, el veneciano sin góndola, el hombre lobo sin luna llena, el mago sin trucos, el chef sin sazón, el suicida sin vocación, el charlatán sin auditorio …
El albañil sin andamio, la costurera sin hilo, el influencer sin seguidores, Tarzán sin lianas, el pulpo sin tentáculos, el político que perdió el poder, el abogado que perdió el juicio (en todo sentido), el proxeneta sin esquinas, el músico sin armonías, el cantante sin voz, el plomero sin goteras, el condenado a silla eléctrica en un apagón, el colegial sin esperanzas de pasar grado, el pastor sin Biblia, el sacerdote sin moral, el que reza sin fe, las canciones de amor sin destinataria, el diablo sin infierno, los ángeles sin purgatorio, Jesús en el madero …
“Padre, que pase mi ese Calix … más que no se haga lo que yo diga, sino lo que tu dispongas ….”
Y así todos, incluyendo el que escribe …
vivimos la angustia de ciertos desiertos …
y la interminable zozobra de estas nefastas soledades.
La tía que ya compró zapatos nuevos en París, me da el pasaporte al llegar al aeropuerto de Orly, y se mete al bar a clavarse una de Saint Denis esta vez …
-¿Vos y yo hacemos el amor o simplemente tenemos sexo? Cuestiono él.
-Creo que ninguna de las dos.
Detengamos las rotativas! Paren las máquinas! Pónganle pausa al escrutinio del TSE que avanza más lento que pedo de tartamudo! Paren todo !! Porque tenemos un enchibole más grande que resolver!