Entre vapores de sudor y óxido, un gimnasio popular –un Olimpo de la cuadra– es el escenario de la disputa diaria entre muchísimos caracteres que usted y yo conocemos, muy bien … es más, yo lo sé de buena fuente …
Este asunto de lo largo … de los nombres, da para escribir cinco o seis posts sin lugar a dudas y nos quedamos cortos … por lo largo.
Soy un niño de nueve años, compartido, se preguntara usted porque compartido? bueno… porque pertenezco a dos territorios parcelas diferentes, la de mi papá y la de mi mamá…
Resulta que dicen, que dijo que “el diablo más sabe por viejo, que por diablo”, puede ser … pero orillando mi sexto piso, y con un cúmulo de formación académica y profesional encima, hay cosas que sé no por diablo, no por viejo, sino por haberlas estudiado y puesto en práctica.
Como te lo explico?
Es simplemente algo que siento
y lamento
Yo debía tener, a lo sumo diez años, pequeño inquisidor, curioso investigador de cualquier cosa que surgiera, en aquellos veranos eternos, cuando todos los primos, en vacaciones escolares, éramos mandados al campo para “endurecer nuestro carácter”.