Mis sentidos han reclamado esta madrugada,
en el mayor de los silencios,
el susurro de tu voz ..
... ese susurro que ha erizado mi piel, de tanto frio
por tu ausencia.
Desnudando las pasiones
atrapadas en el tiempo,
que llevo por dentro,
asi casi perdidas y
teniendo viva una añoranza de ti.
Mis sueños han sido plasmados
en prosas y versos,
perdidos ahí con los besos,
que no han llegado a ti,
encontrando así, el refugio para lo que somos,
lo que fuimos y no seremos,
mis deseos los he arrinconado
en cada uno de los espacios
donde un día navegaste en mí.
Hoy tengo añoranza de ti
de tus besos intensos,
de tus caricias desmedidas,
de tus entregas en descontrol,
donde si te pienso,
me entra mas la añoranza de tu piel.
Y asi vivirte en un recuerdo adictivo,
es tenerte una vez más en mí,
pegando más fuerte esta añoranza de ti,
que un dia fue tanto fuego
y hoy se resume a esta prosa
donde te encuentro y me encuentras.
Y asi voy en esta eterna añoranza de ti
cubriendo las noches, tapando las madrugadas.
asi te sigo añorando en el tiempo,
gastando mis horas,
hasta el día que mi piel y la tuya
se pongan a tiempo en sus deseos.
John Lennon, solía crear sus canciones en una zona llamada Mendips, ubicada en el 251 de la Avenida Menlove. John Lennon tenía capacidades “económicas” levemente superiores a las de los otros tres genios de Liverpool, pero una existencia miserable en cuanto a su estructura familiar.
Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos hemos ido “al baño”, incluso cuando “baño” significaba “allí, detrás de un piedra”. Si bien el proceso de evacuación no ha cambiado mucho (todavía cada dos por tres toca ir detrás de una piedra) a lo largo de los años, el proceso inmediatamente posterior (o sea la limpieza del excremento … que bonita palabra para dedicarle a alguien!) sí.
Hace muchos años, siendo apenas un niño, quien hoy es don Américo se fue a su habitación a hacer la maleta más triste de su vida. Su madre, a la que nunca más volvería a ver, le dijo antes de que el hijo partiera: «Nunca traiciones tu origen milanés, Américo, y jamás te irá mal en la vida».