Dijo “no quiero”, se envolvió en mil mantas a pesar del calor y en medio de la oscuridad me quedé con la visión de su cabellera larga escondida en medio de una frontera de almohadas …
Dijo “no quiero” y cayó el telón, no habría intimidad esa noche, ni la anterior, ni la anterior ni … ni años antes, acaso la hubo alguna vez ? El telón deja un cúmulo de sueños de un lado y un lote de preguntas del lado contrario ...”no quiero” y está bien, cada quien es dueño de su vida y gerente general de sus ganas, su cuerpo, pero en qué momento del paso del tiempo juntos, las mismas ganas, que obligaban a ambos a estar escondiéndonos en rincones en épocas de novios se convierten en el “no quiero” de los casados ? En qué momento asesiné a mi novia al casarme con ella y convertirla en mi mujer ?
Dijo “no quiero” y se ahorró todo el discurso que por lo general acompaña al “no quiero” o sea “mira, hay que pagar la luz, mañana se vence, tengo que hacer supermercado, los niños necesitan zapatos nuevos”, y la diatriba de necesidades domésticas que pueden aniquilar cualquier intento de iniciativas de intimidad, sin pestañear siquiera … en que momento los hijos asesinan a la pareja ? O como bien cantaba Sabina … donde queda el sexo sin amor de los casados ?
Dijo “no quiero “y uno se queda debatiendo con el cielo falso, en medio de la oscuridad que es tan mala consejera, si uno ha fallado en sus deberes de la tal intimidad o si sus cada vez más prolongadas ausencias implican que alguien si cumple bien esos deberes … o las dos conjugadas … o a la gran puta ! Por qué tiene que ser tan endiabladamente difícil ?
Dijo “no quiero” y uno se queda preguntando …
… cuantos “no quiero” más
… faltan para el “no quiero” final ?
Todos los viernes escribimos, en este blog, usualmente, de política, hoy no escribiremos de política, pero si acerca del lugar hacia el cual los políticos deberían dirigirse y tirarse muy de cabeza …el inodoro.
Jesús gritó con voz fuerte: “¡Lázaro, sal fuera!” Y salió el muerto, atado de pies y manos con vendas y envuelta la cara en un sudario.
San Juan, 11-45
Sé que dices “oro” y te refieres a la 1ª persona del presente indicativo singular de orar, o sea que vas a orar por mí, por mi salvación …pero mi salvación a mí me importa cuatro cuernos, me doy por perdido …