Moriré de un cáncer terminal
un día lunes por la mañana
tal vez en el asalto a una sucursal
por una bala equivocada
Moriré si he de morir
a la hora indicada
Si es que antes no me mata tu desprecio
y esta angina de pecho …
Moriré debajo de un bus
manejado por un cerdo
en la corriente de una inundación
tratando de salvar a un pequeño
Moriré si he de morir
porque la muerte nos anda al acecho
Si es que antes no me mata tu desprecio
y esta angina de pecho …
Moriré si he de morir
que al fin y al cabo nacemos para eso
si es que antes no me matan tus labios
diciendo ya no te quiero …
y esta angina de pecho.
Esta angina o algo así
no conozco bien el vademécum
solo sé que cuando estabas aquí
no me pasaba nada de esto
Debe ser por no respirar
el aire que tu exhalas ...
Debe ser por tu amor tan ajeno
Tu ausencia tan presente
Tus fantasmas constantes
Mis sábanas que te envolvieron
Tu olor casi perpetuo
Tu afán de ignorarme …
tu eterno despecho
y esta angina de pecho ….
Muy similar al caso de nuestro recordado Oscar Alberto Quiteño, quien encontró la muerte salvando su portería en la grama del estadio que hoy lleva su nombre (Ver en este mismo blog ....)
http://www.danielrucks.com/index.php/deportes/41-vida-y-muerte-de-oscar-quiteno
De niño nunca fui el más listo de la clase, más bien anduve por el promedio, pero del lado de abajo, me costaba entender cosas … me costaba usar el sentido común.
Estaba en el entierro de una persona, al parecer había fallecido de causas naturales, el cuerpo estaba tendido sobre el ataúd de madera color negro, lo habían vestido con un traje