-          Ahhhhhhh lort lort !! – salió gritando espantado el Profesor danés Erick Gorenssen, del servicio sanitario un restaurante de primera clase, con los pantalones a media rodilla, poniendo de pie a todos los comensales, que creían que había terremoto o algún muerto en el SS Caballeros.

-          Que le pasa profesor? – le pregunté

-          Ahí en ese baño, de ese restaurante tienen un cultivo de estiércol !

-          Cultivo de estiércol? En un restaurante de cuatro tenedores? – cuestioné extrañado al Profe Gorenssen.

-          En una canasta, a la par del inodoro …

Fui a echar un vistazo, por aquello de que yo había invitado a mi antiguo Profesor de Geometría Caucásica en la Universidad de Copenhague a cenar a ese restaurante, como una deferencia, ya que visitaba por primera vez El Salvador y trataba de agasajarlo.

No había nada anormal, el baño limpio, o así parecía, toalla, lavamanos … y a la par del inodoro, nuestro tan trivial y cotidiano, usual y tan mesoamericano … basurero de papel higiénico, embadurnado de, por supuesto, estiércol.

Ahí recordé que “Lort” en danés significa “mierda”

 

-          Mire profesor … ahhhh como le explico?

-          No me explique nada Barrientos! – me dijo – usted que era tan inteligente en la Universidad, como me trae a un restaurante tan lujoso donde desde mi plato de langosta a la termidor a ese receptáculo de heces no hay más que cinco metros y medio?

-          El asunto es que en estos países del área, tenemos graves problemas con el suministro de agua potable, los inodoros suelen ser más pequeños …

-          Me di cuenta, me quedaba medio culo afuera …

-          Y la razón es para que se limpien al echar el agua, se usan cañerías más delgadas por la baja presión del agua, el papel las tapa, bloquea al sifón y es peor, se rebalsan los inodoros y tenemos inundaciones de pupú en 40 metros a la redonda. – traté de explicarle.

-          Usted estudió en Copenhague … alguna vez vio un reservorio de abono orgánico en un servicio sanitario? por favor Barrientos, la caca va donde la caca pertenece al inodoro y luego a las aguas negras! – me refutó Erick

-          Gorenssen, eso no es patrimonio exclusivo salvadoreño, las canastas de caca se ven desde Colombia hasta México … salvo excepciones.

 

-          Pero usted sabe la cantidad de bacterias que están contenidas en un simple miligramo de mierda? Vea bien … infinidad de bacterias, bacterias causantes de enfermedades como salmonelosis, cisticercosis, shigellosis, yersiniosis, o infecciones por campylobacter y E. coli, todas en cada centímetro cuadrado de ese mugroso papel higiénico!

El profesor trató de meter el tenedor en la langosta otra vez, pero no pudo, estaba contrariado. Agradecí a Santa Incesa Standard, patrona de los inodoros, que me hubiera iluminado trayendo al Profe a un restaurante, mi mujer quería prepararle una cena en casa, donde las cestas de papel higiénico se almacenan para colmo, hasta por dos o tres días … hubiera colapsado el danés.

-          Aparte están llenas de endotoxinas, que causan problemas respiratorios, conjuntivitis … que no tienen un Ministerio de Salud en este país?

-          Hay … pero haga de caso que no existe …. No tienen presupuesto.

-          Me parece inconcebible, llegar a un país, donde así como los pilotos le rezan a la Virgen de Loreto antes de emprender un vuelo, le hagan culto en un altar doméstico al Patrono de la caca … las enterobacterias Barrientos, enferman bebés neo natos con defensas bajas … y ustedes tienen a la vista las diferentes cagadas de cada buen hijo de vecino que llega a usarles el servicio sanitario …- me seguía regañando Gorenssen.

Ya ni siquiera yo me terminé mi plato, tenía la náusea a flor de garganta y sentí que se me venía la arcada en cualquier momento, que desperdicio de comida y dinero … hasta me dio pena pedir al mesero que me metiera todo en una “bolsita” para llevar, no fuera que me regañara el Profe otra vez o me llevara una muestra de salmonella para mi casa …

Nos terminamos la botella de vino, creí que los ánimos se habían calmado, pero cuando lo fui a dejar al hotel, todavía me regañó desde la acera por la ventana del carro …

-          Las moscas! Barrientos … no se olvide de las moscas!

Al llegar a mi casa, mi mujer estaba medio dormida cuando empecé a arrasar y tirar a la basura todas las canastas de caca  …

-          Y a vos que te pasa? – me preguntó medio dormida.

-          No me hagas preguntas, mañana cuando abran la ferretería compro sopapas, ventosas, trapeadores … que se venga la inundación! Pero no me hagas preguntas!